viernes, 17 de noviembre de 2017

Monumentos locales de Cienfuegos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PALACIO DE VALLE.

En la última década del siglo pasado, el comerciante español Celestino Caces fabricó una casa en la Avenida 0 entre las calles 35 y 37, en Punta Gorda, conocida como la "Quinta Morisca"; cuando se retiró de los negocios la vendió a Alejandro Suero Balbín. Unos años después, la dio como regalo de bodas a su hija Amparo cuando contrajo nupcias con el acaudalado comerciante Acisclo del Valle Blanco; allí fijaron su residencia y completaron, en 1917, la ampliación del suntuoso edificio, conocido hoy como "Palacio de Valle".

Fue diseñado por el arquitecto cienfueguero Pablo Donato Carbonell y su construcción fue dirigida por el ingeniero civil italiano Alfredo Colli Fanconetti. Al costo de un millón y medio de pesos se levantó esta magnífica edificación ecléctica; en ella trabajaron artesanos franceses, italianos, árabes y cubanos.

Se importaron de España, Italia y Estados Unidos los materiales como el mármol, alabastro, bronce, cristal y cerámica, excepto las maderas preciosas, que son del país. La planta central consta de un vestíbulo gótico-primitivo, un salón comedor de influencia mudéjar, una sala de música y juego Luis XVI y otra de visitas, estilo Imperio, con el artesonado en oro. Ocho dormitorios, además de dos salones, uno de estar y otro de estudio tiene el piso superior, al que se accede por una majestuosa escalera de mármol.

El edificio remata con tres torres: una, gótico-romana, otra india y la tercera, un minorete de estilo árabe, además de una glorieta en la plataforma del techo.

Las iniciales de su dueño aparecen entrelazadas en el piso de cerámica en artístico monograma; algunas columnas interiores y exteriores recuerdan la mezquita de Córdoba, en España.

El Palacio, ejemplo de la opulenta burguesía de la época, muestra la aplicación y utilización de técnicas constructivas y de las artes aplicadas a la construcción, de carácter extranjerizante, introducidos a principios de siglo.

Es uno de los símbolos de la ciudad de Cienfuegos por sus valores arquitectónicos, históricos y ambientales, además de su relación con la bahía y el Hotel Jagua. La Resolución #75 del 30 de enero de 1990 le otorgó la condición de Monumento Local.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PALACIO DE BLANCO

Situado en la antigua calle San Fernando esquina a Hourruitiner (avenida 54 y calle 33), en el Centro Histórico de Cienfuegos, es uno de los exponentes más valiosos de las construcciones domésticas cubanas del siglo XIX.

Esta casona esquinera de dos plantas, fue fabricada en 1871 por el sacarócrata José Quesada, fue concluida a su muerte en 1878 por Manuel de Blanco. Su planta se desarrolla alrededor de un patio cuadrado, con gran riqueza constructiva. Pilastras, toscanas, guardapolvos, cornisas con dentillones, molduras, estructuran la fachada, con predominio de elementos clásicos utilizados en la ciudad hasta las primeras cuatro décadas del siglo XX.

La baranda que protege el balcón forma un encaje o filigrana tachonada de flores remachadas; sobresalen, además, las vidrieras de colores con cinco tonalidades, enmarcadas en un rectángulo, definidas por una palma real, quizás la única en el país, son catorce diferentes, por su estructura y combinaciones de color. Dispone de pisos de pizarra y mármol gris, así como de losas bremesas, ladrillos y panetelas de barro.

El edificio posee tres escaleras para acceder desde la calle y dos patios, por lo que se infiere que son dos viviendas. Hay una escalera (por la calle San Fernando) de doble ida y vuelta en sus dos ramas, de tipo imperial doble, construida en maderas preciosas y balaustres, que conducen a la segunda planta, en la que dos escaleras de caracol comunican con la torre-mirador (algo muy típico de las construcciones cienfuegueras), conformando el verdadero leit motiv de este palacio.

Es esta una de las más bellas residencias de la ciudad, un caso singular de la arquitectura doméstica del siglo XIX por su composición formal y funcional, los materiales empleados y sus valores arquitectónicos y estilísticos. Ostenta la categoría de Monumento Local por la Resolución #75 del 30 de enero de 1990.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

PALACIO GOITIZOLO, LA CATALANA.

El Palacio Goitizolo, uno de los exponentes más importantes de la arquitectura doméstica cienfueguera, conocido también como "La Catalana" fue construido en 1858 por Don Agustín Goitizolo, figura de relevante posición económica y social, propietario de dos ingenios y alcalde en 1869.

Con la tipología de casa - almacén propia del siglo XIX cubano, está dotada de sótano, dos plantas y azotea. Este inmueble esquinero, de estilo neoclásico, tiene situada su fachada principal en la calle Santa Elena (Avenida 60) y otra lateral por D´Clouet (calle 31).

La primera planta presenta el acceso hacia el lateral izquierdo de la fachada principal, con un zaguán en el que una elegante escalera conduce a la planta alta. En este primer nivel se hallan en la parte delantera los salones dedicados a las actividades financieras y administrativas y en la posterior, los almacenes de alto puntal y grandes dimensiones.

En la planta alta, amplias habitaciones hacia la fachada principal y los dormitorios hacia la Calle D´Clouet, en la parte posterior una terraza. Se destaca la calidad de la carpintería, de cuarterones a la española, claveteadas y las excepcionales lucetas de madera en forma de abanico de influencia trinitaria, la herrería en barandas, portafaroles de gran belleza y rejas sólidas, los pavimentos taraceados en múltiples combinaciones en las habitaciones principales, el resto, mosaicos y losas de barro.

Mención aparte para los vitrales de medio punto de variados colores.

La casa, muestra de la opulencia y el desarrollo ostentado por la burguesía cienfueguera, representa una época, desde su composición, partiendo del sótano (único de su tipo en la ciudad) con un primer nivel dedicado a almacén y funciones productivas y la planta alta para residencia de la familia. Por la Resolución #75 del 30 de enero de 1990  le fue conferida la categoría de Monumento Local.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CASA ALMACEN GARCIA DE LA NOCEDA.

Esta excelente construcción neoclásica, edificada en 1881 por el comerciante español José García de la Noceda, a un costo de $90,000, situada en la Calle de Argüelles (Avenida 52) y D´Clouet (Calle 31) en un edificio esquinero de ladrillos y azotea, con dos plantas, una torre-mirador al centro y rematado por una sencilla cúpula.

Posee dos niveles bien diferenciados: como almacén se utilizaba la primera planta; la segunda se usaba como vivienda y oficinas, distribución funcional típica del siglo XIX. Se conoce también como Palacio Cacicedo.

En este majestuoso edificio se destacan sus locales de grandes dimensiones, sus pavimentos, el trabajo de las pinturas murales en paredes y techos, su cristalería con variados colores y diseño, desde la luceta rectangular con motivos curvos hasta el arco de medio punto, así como el trabajo en hierro.

Dentro de las construcciones urbanas de tipo residencial esta casa-almacén es, según Joaquín Weiss "la mejor obra cienfueguera de este género... de gran escala y formas sencillas y vigorosas, comparables con las mejores obras de su género en la capital".

Representa el sentir de una época y la respuesta material a sus necesidades.

La Resolución #75 del 30 de enero de 1990 le otorgó la categoría de Monumento Local.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CASA DE LOS LEONES.

Esta singular vivienda, ubicada en Prado entre Santa Cruz y Santa Elena (calle 37 entre 58 y 60) fue propiedad de un cienfueguero nombrado José Antonio Capote; hacia 1870 radicó el "Círculo de Artesanos" (antecesor del Liceo Artístico y Literario); se le llamó Casa de los Gobernadores al servir como sede a los que dirigían la villa en la centuria decimonónica. Es más conocida como la "Casa de los Leones" por las dos grandes figuras de hierro que se yerguen en su amplio portal.

Este cuenta con 7 columnas toscanas que soportan el entablamento y el pretil corrido a recuadros y muro de albañilería de trabajo sencillo, cubierta planda de losa por tabla, con habitación en los altos retirada de la línea de fachada, formando terraza al frente, lo que le imprime una mayor unidad arquitectónica.

Su fachada posee una gran puerta de cuarterones al centro con dos ventanas a ambos lados en forma simétrica. En su extremo derecho dispone de otra puerta que permite el acceso a las habitaciones de los altos y bajos de forma independiente. Sus amplias ventanas de cuarterones, protegidas por rejas de corte neoclásico, rematan con guardapolvos de forma conupial, de influencia trinitaria.

El inmueble con distribución espacial en forma de U, tiene patio interior con jardines y fuentes, rodeado por una galería.

En su interior posee falso techo de planchas metálicas troqueladas con motivos ornamentales a relieve, arcos de medio punto moldurados, con uso de lucetas de colores, pavimentos de mármol blanco y negro, mosaicos, losas de barro y bremesas según la importancia de los locales.

Por sus dimensiones, monumentalidad, posición, elementos constructivos utilizados y su composición estilística, se ha valorado, desde Weiss hasta la actualidad, como uno de nuestros mejores exponentes de la arquitectura doméstica del siglo XIX cienfueguero. Ostenta la categoría de Monumento Local por la Resolución #75 del 30 de enero de 1990.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE MONTSERRAT.

El interés de la Compañía de Jesús por establecerse en nuestro territorio para instalar un colegio de segunda enseñanza para varones se logró en 1883 con la construcción de un edificio en la manzana comprendida entre las calles San Fernando, Cid, San Carlos y O´Donell.

Entre 1884 y 1919 se levantó el inmueble que ocupó en aquel momento el lugar más significativo dentro de las visuales de la ciudad al contar con 5 niveles, incluido el sótano.

Se crea la diferenciación de la fachada a partir de las escalinatas y las verjas, junto con el pórtico central de pilares toscanos que enmarca la decoración arquitrabada de la portada principal de acceso al inmueble.

En el ala principal (por la calle San Fernando o Avenida 54) se encontraban el vestíbulo, los salones de recibo, la biblioteca y el Museo de Ciencias Naturales y sobre éstos, en la segunda y tercera plantas, las aulas del colegio. En las otras dos alas paralelas de las calles que lo limitan y hacia el patio forman largos corredores a manera de claustros, los cuales presentan arcos de medio punto, vanos adintelados y arcos carpanelas en la tercera planta.

Se emplearon pisos de losas de barro, bremesas y mosaicos, según la fecha de ejecución de los niveles.

El ala izquierda se utilizó provisionalmente como iglesia a finales del siglo XIX; en la segunda década de la vigésima centuria se edificó la definitiva, en la esquina de San Carlos y Cid bajo la advocación de Nuestra Señora de Montserrat hasta el presente.

A pesar de su franco estado de deterioro, aún ofrece su imagen imponente de sólidas proporciones, concebida para reflejar un sentimiento de orden, disciplina y rigidez propios del neoclásico reinante y del sistema docente que se aplicaba en dicha escuela. Por la Resolución #75 del 30 de enero de 1990 le fue otorgada la condición de Monumento Local.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CASA SARRIA-ATKINS.

Edificada en 1847 por el rico hacendado trinitario Juan Domingo Bautista Sarría, en el antiguo central de su propiedad, "Soledad del Muerto", hoy Pepito Tey, esta vivienda presenta gran influencia de las construcciones coloniales de esa villa; aunque se enmarque en el estilo neoclásico.

Fue adquirida en 1882 por el norteamericano Edwin F. Atkins, a través de transacciones hipotecarias, lo que trajo como consecuencia la penetración del capital financiero de ese país en la industria azucarera cubana.

El inmueble, ubicado al este del batey y frente a la fábrica de azúcar, está rodeado por un amplio jardín delimitado por una tapia de piedra natural con verjas de hierro; es de forma rectangular, posee dos niveles.

Alrededor de un patio central, sin galerías, se estructura la planta baja, la cubierta es de madera y teja criolla a cuatro aguas con gran pendiente.

Los gruesos muros de mampuesto soportan los entresuelos y cubiertas de madera dura; piso de tabloncillo en las habitaciones originales de la planta alta, en las restantes es de mosaico; la carpintería empleada es de madera cubana.

La fachada de la casona es plana en los dos niveles con balcón volado, de baranda metálica, sobre la puerta principal. Logra una rica simetría por sus proporciones, molduras rectilíneas, distribución de puertas y ventanas y el estudio de color aplicado en siena y blanco. Al recibir influencia de las construcciones trinitarias, esta obra puede considerarse como una realización del período de transición, con las nuevas edificaciones que se iniciaban en Fernandina de Jagua. Es un exponente valioso de nuestras edificaciones coloniales más antiguas y mejor conservadas. La Resolución #75 del 30 de enero de 1990 le confirió la categoría de Monumento Local.

 

 

 

 

 

 

INGENIO Y BATEY CAROLINA

El ingenio y batey Carolina, uno de los colosos productores azucareros del siglo XIX en la región, ubicado en el antiguo "Barrio Arango", hoy zona de Venta del Río y cercano a las instalaciones de la Refinería de Petróleo, fue construido en 1835 por Willian Hood Clemens, representante del capital comercial norteamericano, luego pasó a ser propiedad de su sobrino William Hood Steward y por último, del español Isidoro Cacicedo.

Al aproximarse al batey, se divisan las dos casas de vivienda de considerables proporciones, austeras, con pocos elementos decorativos, pero muy funcionales, ambas de dos niveles, una perteneciente al dueño, la otra, al administrador.

Existe un edificio de fachada apaisada, con varias dependencias: oficina de pagos, tienda de víveres, resguardo de equipos y herramientas y otras labores.

También se aprecian restos de los antiguos barracones de esclavos, con sus muros de mampuesto de cal y piedra.

Al final, como remate a estas construcciones, se alzan, impresionantes aún, los muros de la casa de máquinas (de aproximadamente 100 m de largo por 60 m de ancho). En ella permanecen muchos exponentes del proceso tecnológico e industrial- alcanzado durante la Guerra de los Diez Años - por esa excepcional fábrica de azúcar, debido a su estratégica posición geográfica.

Pueden observarse además, formando parte del conjunto, la casa de operarios, de puntal más bajo que los otros edificios, una nave que se utilizó como almacén, un fortín, el tanque de agua y un hermoso palomar.

Carolina constituye hoy el testimonio más completo que se conserva en el país de un asentamiento rural del siglo XIX, vinculado con nuestra primera industria.

Cienfuegos fue un caso tipo del desarrollo de la industria azucarera en el siglo XIX.

El ingenio Carolina, uno de los más importantes de la región sureña, dejó de moler, a principios del siglo XX, cercado por los vecinos "Dos Hermanos" y "Manuelita" y por carecer de la suficiente caña para abastecer sus colosales maquinarias. Por la Resolución #75 del 30 de enero de 1990 se le otorgó la categoría de Monumento Local.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CASA GENERAL ALEMÁN No. 89. SAN FERNANDO DE CAMARONES

Edificada en 1850 frente a la Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria y ubicada en la Calle General Alemán # 89, en San Fernando de Camarones, municipio de Palmira, este inmueble esquinero de conformación rectangular, recibe gran influencia de la casa trinitaria del siglo XIX.

Presenta dos crujías paralelas a la calle, colgadizo en la zona posterior, portal esquinero con patio, solar al fondo para la cría de animales y siembra de hortalizas.

En la primera crujía se encuentra la sala y aposentos a cada lado; en la segunda, el comedor y las recámaras. La antigua cocina no existe pues se hacía de materiales no duraderos y se situaba fuera de la casa.

Tiene gruesos muros de mampostería, la techumbre, a cuatro aguas, de tejas criollas, con estructuras de madera (cedro) del tipo alfarje sencillo, sin condecoraciones con cuadrales, alfardas y tirantes pareados.

La carpintería, con puerta principal a la española, con clavos de bronce, herrajes y bisagras tipo gozne; las ventanas protegidas por barrotes lisos de hierro y estructuras de madera.

Los pavimentos en el portal son de ladrillos colocados en espina plana o diente de perro, en el interior, losas bremesas y de barro.

La tipología de su planta, con características similares a la vivienda trinitaria del siglo XIX (constructivas, formales y espaciales originales) le confiere valor dentro del poblado de San Fernando de Camarones, donde es la sede de la Casa de Cultura. Le fue conferida la categoría de Monumento Local por la Resolución #75 del 30 de enero de 1990.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CUEVA SOLAPA EL PORTAL. RODAS.

El arte rupestre presente en la región consta de dos tipos de técnicas en su ejecución: los petroglifos o grabados en la roca y las pictografías o pinturas, pero con predominio de los primeros.

Situada en la finca "El Cuberetero", municipio de Rodas, la solapa "El Portal" es una combinación de gruta con solapa dispuesta aproximadamente en ángulo recto.

En un alero rocoso apareció un conjunto petroglífico y tres pictografías con idéntico estilo y técnicas de ejecución que las halladas en Palo Liso; aquí, ubicadas en una galería estrecha y corta, en el sudeste de la solapa.

También se han encontrado en el piso de la solapa fragmentos de cerámica sin decorar y herramientas de trabajo utilizando como técnica fundamental la piedra tallada.

Su desarrollo lineal es de 12.50 m con una superficie de 72 m2, ubicada a 22 m del Río Damují.

Quedó sepultada bajo las aguas de la presa.

Por la Resolución #63 del 28 de septiembre de 1989 se le otorgó la condición de Monumento Local.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CUEVA DE TANTEO, RODAS.

En Rodas, municipio de Cienfuegos, se han encontrado importante manifestaciones del arte rupestre entre las cuencas de los ríos Anaya, Jabacoa y Damují. Sus terrenos fueron propicios para la formación de gran número de cuevas, solapas, furnias y toda clase de fenómeno espeleogénicos.

La cueva "El Tanteo" se encuentra próxima al río Damují y a 1 Km. aproximadamente de la estación ferroviaria del pueblo de Rodas.

En sus paredes interiores aparecen las pictografías más notables de la zona, entre las que se destaca un rostro antropomorfo más grande que el tamaño natural, cuya técnica predominante es el ahumado o el carbón vegetal.

Es una formación compuesta por cuatro salones que se comunican entre sí; tiene tres entradas o bocas que conducen a tres salones llamados: Principal, del Jagüey o las Arañas y el de la Claraboya con Jagüey.

El desarrollo lineal de la cueva es de 56.00 m; la altura máxima es de 5.00 m y el ancho mínimo es de 6.00 m; la superficie aproximada de la planta es de 366.00 m2.

Se confirma la presencia humana indocubana en esa región de arte rupestre, con una unidad en el lenguaje expresivo, una misma técnica de ejecución y un ajuar arqueológico de mucha similitud.

La Resolución #63, del 28 de septiembre de 1989 le otorgó la categoría de Monumento Local.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CUEVA DE PALO LISO, CONGOJAS, RODAS.

El arte rupestre es una de las manifestaciones más importantes de las culturas precolombinas de Cuba. El territorio rodense se inserta en una llanura fluvial acumulativa, erosiva, ligeramente ondulada y plana. Alrededor de los cauces de los ríos Damují y Jabacoa se presentan esas características. Allí se localizan espeluncas llamadas según la toponimia del lugar como es la de Palo Liso o Santa Ana, situada al este del pueblo de Rodas y de la carretera que conduce a Congojas y Cartagena.

Esta cueva es de mediano tamaño, bastante irregular, cuyas galerías más importantes forman un rectángulo; su desarrollo es lineal de 41.00 m, la altura es de 4.00 m, y el ancho mínimo de 0.70 m. La superficie aproximada de planta es de 255.00 m2. Carece de depósito de agua, tampoco se observa guano de murciélago en cantidades apreciables y sí hay abundantes jutías, lagartijas y otras especies del mundo subterráneo.

En sus frías y húmedas paredes se pueden apreciar figuras geométricas creadas, con motivos bastante complicados; una de ellas, denominada "El Robot", es un diseño antropomorfo con semejanza a los autómatas.

El cayo de monte con exuberante vegetación ha favorecido que se conserve casi virgen. Este lugar sirvió como abrigo y santuario a grupos aborígenes de considerable antigüedad, lo que le confiere valores históricos y arqueológicos.

Ostenta la categoría de Monumento Local por la Resolución #63 del 28 de septiembre de 1989.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CASA NATAL DE LAS HERMANAS GIRAL.

María de Lourdes y Cristina Giral Andreu, nacieron y vivieron parte de su juventud en la Calle Cisneros #19 entre Prado y Cristina, actualmente Avenida 42 #3709 entre Calles 37 y 39, Cienfuegos.

Más tarde se trasladaron para La Habana, donde trabajaban y residieron hasta su vil asesinato ocurrido el 15 de junio de 1958 en la capital de la república. Este sangriento suceso las convirtió en símbolo de lucha contra la dictadura batistiana.

El inmueble, incorporado al conjunto que conforma el Centro Histórico Urbano Cienfueguero, posee características similares a la construcción de otras viviendas fabricadas con los mismos componentes tipológicos y estilísticos, constituyendo la posibilidad de explotación de los terrenos estrechamente relacionados con el eclecticismo imperante durante los primeros años del siglo XX.

En Cienfuegos, los postulados de corte neoclásico, provenientes del siglo XIX se mantuvieron, razón por la que en esta casa hay predominio de elementos elaborados a partir de líneas rectas.

Presenta parcela rectangular, con planta en forma de L, muros de ladrillos y cubierta de madera y teja francesa, los pisos son de mosaicos, tiene una puerta y ventana de dos hojas, con reja de hierro trabajada.

Actualmente es la sede del Museo de la Clandestinidad. Por la Resolución #103 del 31 de diciembre de 1991 se le otorgó la categoría de Monumento Local.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

MUSEO DE CUMANAYAGUA

 

Este inmueble se encuentra ubicado en la calle A. Machado # 106 en las intersecciones de esta con la calle Rafael Trejo y Seibabo. Municipio Cumanayagua. Fue diseñado por el arquitecto Federico Navarro a petición del señor Facundo Ramírez quien solicitó al alcalde de entonces el permiso para construir un edificio de dos plantas entre los Km. 32 y 33 de la carretera de Cienfuegos y Manicaragua. El 8 de agosto de 1923 se le concedió la licencia de construcción e inmediatamente se procedió con la edificación del mismo, se concluyó el 19 de mayo de 1924 luego de 10 meses de intenso trabajo.

 

En la planta alta radicaron oficinas de la agricultura que atendían granjas cafetales de la entonces Regional Escambray. Años más tarde en estos locales se ubicó la sede del Partido Municipal, compartiendo el espacio con la Radio Base del pueblo hasta 1984, en que el Gobierno local propone, teniendo en cuenta los valores del inmueble, trasladar a la planta alta el Museo Municipal y ya en el año 1995 se decide además ocupar la planta baja, donde hasta entonces se encontraba el Taller de reparación de Equipos Electrodomésticos de la localidad. El Museo Municipal de Cumanayagua tendría entonces su sede en la antigua “Casa Ramírez” y sería inaugurado en diciembre del 2002. 

   

Inmueble de corte ecléctico de dos niveles, con portal corrido por las tres calles soportado por columnas jónicas, la planta alta posee portal a la calle Rafael Trejo y sus ventanas y puertas coronadas por cornisillas, entablamento corrido con pretil de balaustre y pedestal terminados en motivos ornamentales.  El 26 de abril del año 2010 en el marco de la jornada de la cultura en el municipio se declara la Casa Ramírez Monumento Local.

 

Por la Resolución # 04 del 24 de septiembre de 2009,  (30 de diciembre del 2009) se le otorgó la categoría de Monumento Local.

 

 

 

 

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